
El sabor del hormigón
La oscuridad, la penumbra, invita a la cercanía, a la reflexión y a la intimidad, a la visión a través del tacto, a saborear la arquitectura. Reprimimos el sentido de la vista al igual que cerramos los ojos en estados emocionales acentuados y de pensamiento profundo. Degustamos, soñamos e incluso besamos con los ojos cerrados. Una sutil transferencia entre las experiencias táctiles y gustativas que evocan sensaciones orales por medio de una asociación de materiales, colores y texturas con la idea interiorizada en la memoria, de placer.
La experiencia sensorial de nuestro ser en el mundo se origina en la sensación oral interior.
CONCURSO
Premio
Cliente
Arquitectura
Localización
Año
Primer Premio
Cátedra Blanca / Premio Francisco Javier Sáenz de Oiza
Oscar Cruz + Pablo Paradinas + Gian Franco Pili
Nagele, Paises Bajos
2018